Equinoterapia en Navarra

(Navarra.es, 22/08/22) – La Equinoterapia se practica en Navarra desde hace más de diecisiete años y cumple dos objetivos, la práctica del deporte adaptado e inclusivo y el cuidado mutuo de los y las deportistas con los animales y de éstos con aquellos y aquellas. Este año, el Instituto Navarro del Deporte ha organizado, por primera vez, varias sesiones, donde practicantes de distintos colectivos y con distintos grados de discapacidad pueden interactuar con los animales.

La consejera de Cultura y Deporte, Rebeca Esnaola, ha aprovechado para visitar y conocer mejor esta iniciativa, que se enmarca en la línea presupuestaria Actividades Deportivas Accesibles del Gobierno de Navarra, línea que cuenta con una financiación de 10.000 euros. Biki Blasko, que dirige el Centro de Equitación y Equinoterapia de Labiano (Valle de Aranguren), le ha mostrado a la consejera las instalaciones de la empresa.

“Uno de los requisitos indispensables que se trabajan en este programa es el de mantener una buena práctica físico-deportiva, desde la infancia hasta la edad adulta”, ha manifestado Blasko. “Depende de quién venga, de su nivel físico, de su movilidad, hacemos unas actividades u otras”, ha explicado la directora, acostumbrada a realizar su trabajo con personas de muy diferentes niveles físicos e incluso diferentes grados de discapacidad.

“Salir y desplazarse desde Tudela, venir aquí, etc. Pasear, limpiar, interactuar con los caballos y tocarlos, ya es muy importante para ellos”, señala, mientras atiende a alumnado del Centro de Atención a la Discapacidad La Atalaya de Tudela. La estancia de este grupo contó con una limitación reseñable y no fue el estado físico, intelectual y congnitivo de los y las protagonistas, sino la ola de calor que ha azotado sin miramientos a Navarra este verano.

Durante la visita, la consejera Esnaola ha tenido la oportunidad de contemplar las evoluciones de las personas participantes. “Queremos que puedan disfrutar, ejercitar cuerpo-mente y, cómo no, aprender del mundo y los comportamientos del caballo en semi-libertad, mediante interacciones en el campo con la manada”, explica Biki Blasko.

Una actividad integral
La equitación terapéutica se considera una actividad integral que afecta de manera positiva al desarrollo cognitivo, físico, emocional, social y ocupacional de sus practicantes. El hecho de incorporar tantos beneficios le permite convertirse en una herramienta de trabajo muy útil con la que se mejora la calidad de vida de las personas discapacitadas.

Los beneficios que aporta son de tipo físico, lo que permite regular el tono muscular, incrementar la fuerza, la resistencia, el equilibrio y la coordinación; y psicológico, que favorece trabajar el área psicoafectiva, la estimulación cognitiva o la expresividad, por citar algunos de ellos. También fomenta la autonomía, el autocontrol, la mejora de la comunicación, potencia la concentración y la atención y, por supuesto, desarrolla el respeto hacia los animales.

“Intentamos que quien se acerque al mundo del caballo lo haga de una manera respetuosa. Que vea en este animal un ser sintiente. Esto nos puede aportar mucho, no sólo al nivel del ejercicio físico, del hecho de subirte encima y cabalgar, que es lo que todos imaginamos, sino también a nivel emocional, lúdico, etc.”, señala.

“Con los caballos se pueden hacer muchas actividades. Yo me puedo beneficiar del animal y él puede obtener un beneficio de mí”, añade. Se trata de una interacción muy beneficiosa para ambas partes. “Los caballos permiten que afloren los sentimientos, permiten interactuar y facilitan el equilibrio, tanto físico como emocional”.

Terapia y empatía
Esta terapia no es nueva. De hecho, hay constancia de que los griegos ya realizaban esta actividad y otras similares para prevenir y curar diversas dolencias del cuerpo y de la mente. A principios del siglo XX se introdujo en Estados Unidos y Canadá y a mediados de siglo llegó a España.

El Instituto Navarro del Deporte, implicado de forma proactiva en este proyecto, facilita que la actividad física sea más accesible para todo el mundo, “incluso a quienes nos parece que menos deporte pueden hacer. Para según quien, levantar la mano y acariciar al caballo ya es hacer deporte. Para otros el ir a la pista ya es hacerlo”, resalta Biki Blasko.

“Cuando se habla de hípica pensamos en el ejercicio a nuestro nivel, pero no pensamos en quienes están más limitados, en quienes sólo pueden hacer cuatro movimientos y estos suponen un esfuerzo increíble para ellos. Levantar la mano cuatro veces, cepillar al caballo ya es un ejercicio”, comenta.

“Las mismas fisioterapeutas nos dicen que a ellas les cuesta un gran esfuerzo conseguir que levanten un brazo y aquí, con los caballos, lo hacen de forma voluntaria”, avanza la responsable de poner en práctica este programa.

La responsable del centro explica cómo se desarrolla la actividad con su alumnado. Arranca con un primer contacto entre las personas y los caballos en el campo y siguen con diferentes dinámicas, según las capacidades y necesidades de los participantes. “Son herramientas para lograr un equilibrio emocional. Los caballos, por cómo son, nos conectan mucho más fácilmente con nuestras emociones”.

Dentro del programa se reserva “un espacio importante para la empatía con quien nos cuida y se posibilita el cambio de roles”. Luego serán los y las propias participantes, desglosa, “quienes cuidarán a los caballos, dándoles una ducha, cepillándolos y ofreciendo, posteriormente, una zanahoria”.

Esta iniciativa se organiza en grupos de 8 personas y se desarrolla en instalaciones accesibles, con baños adaptados, incluidos los campos, a los que se puede llegar en silla de ruedas, todo ello en el Centro de Equitación y Equinoterapia Biki Blasko. Todas las actividades son monitorizadas por profesionales de la equitación y personas expertas en discapacidad. El presupuesto diario que se dedica a este programa es de 420 euros.

Día de Ciclismo Adaptado
También, al igual que el programa de equinoterapia, organizado por el IND, se va a celebrar el Día del Ciclismo Adaptado, que ha escogido como escenario la Vía Verde del Tarazonica. Tendrá lugar sobre un recorrido que discurre entre Tarazona y Cascante y se celebrará el día 24 de septiembre. Cuenta con la colaboración de la Asociación de personas con discapacidad de la Ribera de Navarra (AMIMET).

El objetivo de la jornada, a nivel general, es “fomentar la actividad física entre las personas con discapacidad de la Ribera, dar visibilidad a los deportes adaptados y facilitar el acceso a los productos de apoyo necesarios para practicarlo”, según la asociación.

Más concretamente, se quiere aumentar la calidad de vida de las personas con discapacidad y sin discapacidad de Tudela y de la Ribera y, detallan sus promotores, “dar visibilidad al deporte inclusivo o captar nuevas personas con y sin discapacidad para la asociación”.

Esta actividad está prevista para 35 personas, de las que al menos un 50% contarán con algún tipo de discapacidad.

Para poder realizar esta iniciativa cuentan con un equipo multidisciplinar en la entidad, y un grupo de personas voluntarias que acompañarán a las personas con mayor dificultad, así como con el apoyo de la Fundación Ciclista de Castilla La Mancha, que les alquila bicicletas adaptadas. También disponen de un triciclo eléctrico y una handbike propia (bicicleta de tres ruedas que se propulsa, se dirige y se frena con los brazos). Las personas que deseen hacerlo pueden acudir con una bicicleta convencional.

Además, cuentan con transporte adaptado para quien lo necesite. Las personas interesadas en participar pueden inscribirse por teléfono (669 05 64 21) o por correo electrónico (iratxeeraso@amimet.com).

Navarra.es, Equinoterapia en Navarra: Deporte adaptado e inclusivo y cuidado mutuo