(Raúl Agudo, Cultura Inquieta, 30/05/2025) – Antes de que existiera el término “música electrónica” tal como lo conocemos, hubo una mujer pionera que decidió que los instrumentos no eran suficientes para expresar lo que tenía en la cabeza.
Se llamaba Daphne Oram, y es, sin duda, una de las figuras más revolucionarias (y menos conocidas) del siglo XX.
Nacida en 1925 en Devizes, Wiltshire,Daphne creció rodeada de música clásica, pero ya desde joven intuyó que el futuro del sonido pasaba por las máquinas. Con apenas 17 años rechazó una plaza en el Royal College of Music para trabajar como técnica de sonido en la BBC. ¿Su idea? Estar cerca del lugar donde se manipulaban sonidos, no solo se interpretaban.
Y vaya si lo consiguió. Durante las noches, cuando la BBC cerraba sus emisiones, Daphne se quedaba experimentando con cintas magnéticas, osciladores, filtros y grabadoras. Lo que otros veían como un galimatías de ruido, ella lo escuchaba como el esqueleto de una nueva música.
En 1958, cofundó el Radiophonic Workshop de la BBC, una especie de laboratorio sonoro donde se cocinaban desde efectos para series como Doctor Who hasta auténticas composiciones electrónicas. Pero Daphne, inconformista nata, no tardó en marcharse: su visión iba más allá del encargo publicitario o televisivo.
Ese mismo año fundó su propio estudio: Oramics Studios for Electronic Composition, en Kent. Fue allí donde desarrolló su invención más increíble: el sistema Oramics.
Daphne inventó una tecnología que permitía dibujar sonidos. Literalmente. Su sistema Oramics consistía en una máquina que convertía líneas, formas y gestos gráficos en sonidos.
Utilizaba una serie de láminas transparentes sobre las que se dibujaban formas. Estas pasaban por un lector óptico que convertía las variaciones gráficas en sonidos, modulando parámetros como la frecuencia, el timbre o la amplitud.
¿El resultado? Un sonido que no se parecía a nada. Era orgánico y electrónico, humano y extraterrestre. Daphne estaba adelantándose varias décadas al diseño de sonido digital, al MIDI…una especie de predecesor artesanal del sintetizador moderno y también una bofetada poética al patriarcado tecnológico de la época.
Escuchar a Daphne Oram no es fácil. Es una experiencia. Es arte sónico, materia en mutación.
Como suele ocurrir con los genios, Daphne no recibió en vida el reconocimiento que merecía. Su condición de mujer, su enfoque radical y su obsesión con el control total del sonido (no quería intérpretes, quería creadoras sonoras) hicieron que se la marginara de los círculos académicos y musicales más tradicionales.
Un ejemplo de esta injusticia es Still Point, una obra de los años 40 que hoy se considera pionera por combinar una orquesta acústica con manipulación electrónica en tiempo real. Sin embargo, en su momento fue rechazada por la BBC y permaneció en silencio durante más de siete décadas, hasta que el 24 de junio de 2016, la Orquesta Contemporánea de Londres la rescató del olvido y la hizo sonar por primera vez.
Sin embargo, aunque nunca fue una figura mediática, su influencia se filtró en la cultura pop.
Escribió un libro visionario en 1972, An Individual Note of Music, Sound and Electronics, donde explicaba sus ideas sobre el sonido, la percepción y el potencial transformador de la música electrónica. Un texto que hoy sigue siendo fuente de inspiración para artistas sonoros y tecnólogos de todo el mundo.
Su trabajo está en la base del diseño sonoro de películas de ciencia ficción, la música electrónica experimental, el ambient, el techno e incluso en el ADN de artistas como Aphex Twin, Laurie Spiegel o Delia Derbyshire.
Hoy, el Museo de la Ciencia de Londres conserva su máquina Oramics como un tesoro e instituciones como el Goldsmiths College han rescatado su obra, dando a conocer su legado. Y cada vez más artistas redescubren su genio a través de reediciones, documentales y ensayos.
Daphne Oram no solo anticipó la música del futuro: la esculpió a mano, en soledad, desde una habitación iluminada por osciladores y sueños. Raúl Agudo,
Cultura Inquieta, 30/05/2025 – Daphne Oram: pionera de la música electrónica